Si andáis por el Centro estos días aprovechando las segundas rebajas, no dejéis de entrar a ver la exposición que hay en el Archivo de Indias sobre la piratería, "Mare Clausum, Mare Liberum" y sobre todo mucho mejor con la visita guiada que se hace a las 12 y a las 13 horas todos los días.
Así se quita uno de los calores veraniegos ya que en el edificio el aire acondicionado funciona de maravilla y se engrosa un poco la culturilla general, por las increíbles explicaciones que hacen los guías durante el recorrido de la exposición.
Acaba este 31 de agosto después de meses abierta y prorrogada por la afluencia de público que ha tenido.
Creo que no entraba en el Archivo de Indias desde pequeña y me ha impresionado poder contemplar la reforma que se le hizo al edificio no sólo desde fuera, sino también desde dentro.
Me encantó el diferente punto de vista que se ofrece del pirata, (sólo hay que verle la cara al que han escogido para el cartel de la exposición que creo que acabó cocinado al vapor por lo sanguinario que era), y saber los planes que urdían para hacerse con el preciado botín, los diferentes tipos de piratas que hubo y el por qué de sus nombres (corsarios, bucaneros, filibusteros) su procedencia francesa, inglesa y holandesa (hay hasta cancioncillas populares holandesas sobre el tema); los refugios que tenían los contrabandistas en sus colonias allende los mares (la Jamaica inglesa por ejemplo donde no existía ni ley ni orden que debía ser como un antro de perdición pero a lo grande) y un sin fin de detalles que hacen que te adentres en lo que pudo significar ser un pirata en aquella época. Y... padecerlos.
Y es que tres siglos de piratería atacando naves cargadas de oro y plata dan para mucho. De hecho... en la actualidad también se negocia con el vil metal para los rescates, ¿no?
Merece la pena pararse a contemplar estas increíbles reproducciones de galeones francés y español que se armaban necesitando todo un bosque para proteger las costas, así como las maquetas de las fortificaciones que se construyeron en los puertos estratégicos de las Indias.
Hay más de 170 piezas originales que se exhiben en la exposición: documentos, cartas a los reyes comentando la marcha de la travesía, inventario de lo que se llevaba a bordo, libros donde se explicaba cómo construir una fortificación (muy gracioso entreleer en castellano antiguo que "lo principal era saber muchas matemáticas, y haberse leído los tomos del 1 al 10 de Arquímedes, y el 11 y el 12 también..."), planos detallados de los continentes (increíble que sin poder tener la visión desde arriba, desde el cielo, pudieran conocer el perímetro de España tan bien, localización de montes y ríos de las islas, etc.) y muestras del armamento utilizado que no sé cómo no se caían de espaldas con el peso que tenían.
Y una vez fuera y como tenemos enfrente la Puerta de San Cristóbal de la Catedral donde se encuentra la copia en bronce del Giraldillo que se hizo mientras se restauraba el original del siglo XVI, podemos acercarnos a contemplar esta veleta que corona la antigua torre de la mezquita, y que simbolizaba el triunfo de la fe, del cristianismo sobre el mundo musulmán. Curioso que para ello se tomó como modelo a una deidad grecorromana, a una diosa guerrera Palas o Minerva propias del paganismo.
De pequeña pensaba que era una mujer embarazada, pero luego ya me enteré que el prototipo de mujer renacentista era así, con el vientre prominente tipo la Venus de Botticelli. Cómo cambian los gustos.
Uhmm... con casi 4 metros de altura, ¿de qué número será esta sandalia romana?
Detalles de la Puerta de San Cristóbal
Y para que a la vuelta nos dé algo de sombra, porque la Avenida está que parece un solarium con la tala de los frondosos árboles que tenía y de aquí a que los naranjitos que han plantado cumplan la misma función, creo que no voy a llegar a disfrutarlo, lo mejor es meterse por la Casa de la Moneda que se está la mar de fresquito por allí.
1 comentario:
Que interesante!!! me ha encantado tu post,
Bss
Cecilia
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